En las últimas décadas, los microplásticos han emergido como uno de los mayores desafíos ambientales.…
Evitando atascos
Para el correcto desahogo de las redes de aguas servidas y evitar posibles atascos, es importante una buena estructura de saneamiento. Para eso es importante seguir al pie de la letra las normas que rigen el vertido de aguas a las redes urbanas.
Es bien conocido que todos los desagües se reúnen en un baúl terminal, direccionado hacia la red final urbana. Esta a su vez se divide en al menos dos tipos, las aguas pluviales y aguas sucias.
A la hora de diseñar estos desagües, es importante tomar en cuenta el nivel al cual deben colocarse, estos siempre deben estar casi siempre por debajo, vigilando que no esté muy inclinada para evitar la ruptura de las tuberías. Este a su vez tiene su desembocadura en un pozo o arqueta final, para finalmente llegar hasta la armadura de drenaje de la arquilla final.
Tipos de desagües
Existen diferentes tipos de materiales en los drenajes de vertido de aguas a la red urbana, pero estos suelen ser de PVC para tuberías suspensos, y conductos de polímero termoplástico para tuberías subterráneas. Sin embargo, no es raro encontrar algunas tuberías elaboradas en otro tipo de materiales como el hormigón, sobre todo si lo amerita el tipo de construcción.
Las medidas recomendadas para este tipo de desagües deben ser superiores a 100 mm de diámetro y si se trata de una de la red horizontal más de 125 mm.
En este tipo de redes diseñadas para funcionar bajo tierra, las conexiones de las tuberías se forjan en baúles o arquetas, las cuales se han de diseñar de manera que su limpieza frecuente, evitando así que el sucio acumulado ocasione atascos y atolladeros.
Cabe destacar que en estos desagües está prohibido lanzar desperdicios no degradables que puedan quedarse atorados en los desagües y baúles.